Ya faltan menos de 40 días para que comience una edición histórica del Dakar, la primera en territorio latinoamericano.
Desde luego, parece extraño que aparezca este rumor unos días antes de comenzar la edición, porqué puede dañar las relaciones entre la ASO y los Gobiernos de Chile y Argentina y perjudicar a la propia carrera. Por otro lado, el propio Lavigne ha reconocido dificultades para organizarla, que ha achacado al hecho de ser países más organizados que los africanos, con más reglamentaciones y exigencias administrativas.
De todos modos, parece que la vuelta a África no va a representar volver a los escenarios tradicionales de la prueba, sino que ésta se desplazaría hacia el este: Túnez, Libia, Egipto (habrá que ver si pueden garantizar la seguridad) para finalizar en los Emiratos Árabes (Qatar, Dubai,...). Un cambio de recorrido que puede garantizar arena suficiente para mantener la esencia del Dakar y mayor seguridad que la costa oeste africana. De hecho, se asegura que ya se están trabajando en las posibles rutas.
Como es lógico, Lavigne se ha apresurado a desmentir los rumores, intentando centrar toda la atención en la edición que está a punto de comenzar. Lo que está claro es que el contrato para venir a Latinoamérica era por una edición segura más una segunda posible. Es decir, que la ASO no tendría trabas legales para su pronto regreso a tierras africanas. Y ya se sabe, que cuando el rio suena, agua lleva…
En mi opinión, este interés en regresar rápidamente a tierras africanas puede guardar relación con el miedo a que se consolide la iniciativa de Hubert Auriol: la Africa Race. Esta nueva carrera se celebrará del 26 de diciembre al 11 de enero y que discurrirá por Marruecos, Mauritania y Senegal. ¿No os suena al París-Dakar en estado puro?
En definitiva, queda un intenso debate sobre la mesa: ¿Debería la ASO hacer más esfuerzos por consolidar el Dakar en Latinoamérica o debe centrarse en regresar a África lo antes posible, el territorio natural de la prueba?
De todos modos, parece que la vuelta a África no va a representar volver a los escenarios tradicionales de la prueba, sino que ésta se desplazaría hacia el este: Túnez, Libia, Egipto (habrá que ver si pueden garantizar la seguridad) para finalizar en los Emiratos Árabes (Qatar, Dubai,...). Un cambio de recorrido que puede garantizar arena suficiente para mantener la esencia del Dakar y mayor seguridad que la costa oeste africana. De hecho, se asegura que ya se están trabajando en las posibles rutas.
Como es lógico, Lavigne se ha apresurado a desmentir los rumores, intentando centrar toda la atención en la edición que está a punto de comenzar. Lo que está claro es que el contrato para venir a Latinoamérica era por una edición segura más una segunda posible. Es decir, que la ASO no tendría trabas legales para su pronto regreso a tierras africanas. Y ya se sabe, que cuando el rio suena, agua lleva…
En mi opinión, este interés en regresar rápidamente a tierras africanas puede guardar relación con el miedo a que se consolide la iniciativa de Hubert Auriol: la Africa Race. Esta nueva carrera se celebrará del 26 de diciembre al 11 de enero y que discurrirá por Marruecos, Mauritania y Senegal. ¿No os suena al París-Dakar en estado puro?
En definitiva, queda un intenso debate sobre la mesa: ¿Debería la ASO hacer más esfuerzos por consolidar el Dakar en Latinoamérica o debe centrarse en regresar a África lo antes posible, el territorio natural de la prueba?
Nota sacada de En moto22 Dakar 2009 en América del Sur
Pasa por Madryn el día 4 y 5 de Enero, nos encontramos alla.
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