Primero, estoy ahora con los muchachos de Pilotos de Velocidad en la Cordillera, más precisamente en San Martín de los Andes.
Segundo, son las doce de la noche y nos levantaremos mañana tipo 8.00 a desayunar y aprestarnos para ir a Bariloche.
Tercero, estoy contentísimo de haber venido, muchas gracias por tratarme tan bien y ayudarme a seguir conociendo lo que se puede hacer con una moto.
Entonces, luego de esta corta introducción y entendiendo la situación, les describiré lo que está ocurriendo.
Martes…
El día martes llegué de mi paseo por la isla y me dediqué a preparar lo pendiente para irme a Neuquén; como lo iba a hacer en moto los preparativos eran unos cuantos, desde el service, cambio de aceite y filtro, así como ver de comprar bolso para tanque, pulpos, armar mochila y demás.
Entonces trato de acostarme temprano para salir tipo 06.00, no funcionó: me acosté tarde subiendo lo últimos temas al blog, más allá de que medio estaba pasado de vuelta del viajecito de 26 horas en colectivo desde Ushuaia a Comodoro.
Miércoles…
Entonces me desperté tipo 08.00. Decidí mandar ropa en ómnibus, ya que no había forma de poner tantas mudas de ropa, porque en Neuquén estaré hasta la primer carrera del campeonato del sur, en su momento les contaré porqué me quedo tanto tiempo.
En síntesis, arranqué tipo 10.00 y a las 19.30 estaba en lo de Armando. Describir el hacer 1250 km en un solo tirón y solo, no tiene sentido; únicamente la conclusión: no más de 700 km en un día. Sumale al viaje el calor, y la posición en que quedás con el bolso del tanque… lo que hace que mejor es cortar en dos tramos.
Entre San Antonio - Choele - El infierno!!
Muchas gracias pelado!!
Ese día estaba medio fundido y llegué al departamento con intenciones de dormir.
Jueves…
Me desperté temprano --algo poco común-- y de ahí a buscar la mochila. Luego de unos dos viajes en taxi encontré el lugar de despacho; lo divertido fue que no había llegado, jaja, ya que en estos momentos hay un paro docente en Río Negro y piquete en Chinchinales, paso obligado del transporte. Así que a esperar.
Hice tiempo al mediodía y después a pegarle una mano a los chicos con los últimos detalles de sus motos, que terminó tarde, ya que terminé reemplazando la goma trasera en la cochera del departamento ya que se me desinfló sola; menos mal
que no fue en el viaje, si no, hubiera sido distinto, jaja. Retiré mi mochila tipo 20.00, (cerraba a las 21.00!), y con eso estaba todo listo para comer unas pizzas agasajando a los muchachos de Buenos Aires que estaban por llegar.
Ahí llego el Mosca en el ZX 14 y el Seba con el ZX9, que son miembros del Kawa Club, unos tipazos; así que a las pizzas, algo de agua sin gas y algún cervecín...
A armar bolso y a dormir...
Viernes…
Remis a las 07.45 a lo de Fabián a buscar la moto, colocar bolsos, y a la estación de salida de Neuquén por la 22; café, nafta, facturas y demás, y esperando al primer desaprensado, el Pila con un CBR 1100 XX rojo. Otro personaje, llegó medio
tarde, pero bueno, lo que me impresionó fue que se apareció de zapatillas con zoquetes?? Así que nos acompañaba hasta Zapala y hacía el bolso; ahí me gusto más, ya que por más que no sea invierno, en la Cordillera pega un poquitín el frío.
Tipo 10.00 en viaje; el grupo:
Fabián y Señora - GSX R 1000
Armando - R1
Walter - CBR 1000 RR
Zacha y Señora - CBF 1000
Gabriel y Señora - ZX 9
Martín - Fazer 1000
Pila - CBR 1100 XX
Mosca - ZX 14
Seba - ZX 9
De Neuquén a Zapala, donde cargamos combustible, parada intermedia en Plaza Huincul, donde solucionamos los primeros problemas del otro desaprensado, el Gaby, que estaba que perdía a su pareja. Pusimos su mochila al tanque y arreglado.
Como comentario, los errores --llámense logísticos como de conducción-- se pagan, según decisión de los mayores del grupo, con castigos del tipo de asados y esas cosas, por que ya dos personajes tenían que pagar uno cada uno. Estos mayores son Armando y Walter; el tema mayores no es por la edad, sólo por sus conocimientos, jaja.
Zapala, según palabras de Armando, la puerta al paraíso, que para un motero como él, son las interminables curvas rodeadas de un paisaje espectacular como lo es la Cordillera.
Desde este momento hasta ahora, veo curvas, trazadas, inclinadas y demás, siempre como lo marca Armando en una vertiginosa prudencia, y como explicación de un motero aficionado, son más prudentes de lo que yo soy en mi Comodoro, por lo que para aprender un montón de pautas de conducta que minimizan accidentes.
El grupo de viaje respeta la figura del guía: no se lo puede pasar, ni ponerse a la pa; es la persona responsable de encontrar la velocidad óptima del grupo y de protegerlo; el guía no adelanta autos si a los que van detrás de él no les va a alcanzar. Eso es prudencia.
Porque él extrema, porque la velocidad en curva es interesante, sumado a curvas, eses, y demás, que hacen de este viaje una búsqueda interior, jaja, es puro disfrute motero.
Llegamos a Junín de los Andes, un lugar muy chico pero muy lindo también; llenamos la plaza de motos, y después del almuerzo terminamos con un siestín en el césped de la misma; había que bajar los ravioles, las milas a la suiza, y otras cosas más.
De ahí a San Martín, instalarse en las cabañas y prepararse para el Camino de los Siete Lagos.
Por mi parte mi primera vez en estos parajes, y el camino no lo conocía, así que me puse la camarita del casco, me encolumne atrás de mi guía Walter y de Fabián y partimos, cómo describirlo, bueno...
Yo anduve en la clínica de conducción de David en Copina, y este camino me lo recuerda: curvas, eses, buena adherencia. Lo que cambia, y los cordobeses me darán la razón, es el paisaje. Allá, las sierras con sus barrancos, guarda raíl y matas; acá, árboles, verde y un lago hermoso. Pero es similar la idea de andar en montaña, todas las curvas se doblan, no hay arrepentimiento, no podés hacer como en el autodromo trazar derecho frenando y a la tierra, acá hay que apechugar y doblar. Es la montaña.
Quizás, habría que recordar la frase vertiginosa prudencia, porque es eso: andar alegre trazando y disfrutando a tu ritmo, no hay más que eso. En palabras de Armando,
acá no se aprende, acá se disfruta; para aprender al autodromo, donde sí hay alternativas.
Entonces la montaña, estos paisajes, estas rutas son un plato para saborear, y el grupo de muchachos hace lo posible para que uno encuentre su ritmo. Así que esto es mi primer
día de viaje, mañana me dicen viene mucho mejor, con la llegada a Bariloche, el circuito chico y demás.
Me olvidaba, rematamos la noche con algunas cervecitas artesanales y la clásica Heineken; no había Quilmes, se les habían acabado. A eso sumale tabla de ahumados y demás.
Algo que me olvidaba y es muy importante: acá se come, y se come de verdad. Yo estoy acostumbrado a viajar sin comer casi nada, pero bueno, los muchachos disfrutan los viajes a lo grande, y lo grande no es por que sean gorditos, jaja
Cierto, el clima espectacular, sol todo el viaje nada de viento, un sueño.
San Martin de los Andes desde el camino de los siete lagos
Nos vemos
ProRacer
PD: son las 02.43 a dormir!!